12 de Octubre "Encuentro, Conquista y Mestizaje — Un Balance Necesario"
12 de Octubre "Encuentro, Conquista y Mestizaje — Un Balance Necesario"
por Felisindo Rodriguez
por Felisindo Rodriguez
Resumen
El 12 de octubre no es un día simple. Es una fecha que concentra luces y sombras, nacimientos y pérdidas, tragedias y esperanzas. Llamarlo “Día de la Raza”, “Día del Respeto a la Diversidad Cultural” o “Día de la Hispanidad” depende más del enfoque moral y político de quien lo conmemora que de los hechos mismos. Pero si se busca un juicio equilibrado, es necesario reconocer que aquel encuentro de 1492 transformó de modo irreversible la historia humana, y que su balance no puede reducirse a consignas ideológicas.
El contexto histórico
España llega a América en un momento crucial: acaba de culminar la Reconquista, expulsa a los musulmanes de la península y se siente portadora de una misión universal: expandir la fe católica y la monarquía. Su empresa no es puramente económica —como será la británica después— sino religiosa, política y civilizadora.
Colón, Cortés, Pizarro o Las Casas no son simples aventureros; representan la tensión entre la ambición y la fe, la espada y la cruz. Europa entera salía de la Edad Media, y América no era un “paraíso inocente”, sino un conjunto de civilizaciones con estructuras políticas, militares y religiosas propias, donde también existían jerarquías, sacrificios humanos y guerras tribales. El “buen salvaje” es un mito posterior, no una realidad antropológica.
La obra hispánica: luces y sombras
La conquista fue violenta, sin duda. Implicó destrucción de culturas, enfermedades, imposición y sometimiento. Pero también creó algo que ningún otro imperio consiguió: un continente nuevo en lo cultural, no en el mero dominio. España no solo extrajo riquezas, sino que fundó universidades, imprentas, hospitales, ciudades y una lengua común que unió a pueblos muy diversos.
El mestizaje —biológico, cultural y espiritual— es el verdadero fruto de esa gesta. La síntesis hispanoamericana no es una copia de Europa ni una continuidad indígena, sino una creación inédita en la historia humana. La fe católica, con sus excesos y su mística, actuó como cemento moral y simbólico. La lengua española, como puente. Y la educación, pese a sus limitaciones, como semilla de identidad.
Comparación con el colonialismo inglés
La diferencia esencial entre ambos modelos radica en su relación con el otro.
El modelo español fue integrador: buscó convertir, mezclar, fundar. El indígena podía ser súbdito del rey y, al menos en teoría, miembro del mismo cuerpo político. Los matrimonios mixtos fueron comunes, y la evangelización pretendía la inclusión espiritual.
El modelo inglés, en cambio, fue segregacionista: el colono anglosajón no buscó fusionarse con el nativo, sino desplazarlo o eliminarlo. Allí donde el español vio un alma a redimir, el inglés vio un obstáculo a remover. Por eso en América del Norte la población originaria fue casi exterminada, mientras que en Hispanoamérica sobrevivió, se mezcló y contribuyó decisivamente a la cultura.
Conclusión: herencia y responsabilidad
No hay inocentes en la historia, pero tampoco villanos absolutos. España trajo violencia y fe, ambición y arte, poder y derecho. Los pueblos originarios aportaron espiritualidad, cosmovisión, sabiduría ecológica y resistencia. De esa tensión nació lo que hoy somos.
Negar la conquista es negar nuestro propio origen; celebrarla sin crítica es negar el sufrimiento que la acompañó.
El verdadero sentido del 12 de octubre no está en glorificar ni en culpar, sino en reconocer que de aquel choque surgió un mestizaje creador, capaz de engendrar una nueva humanidad. Y la tarea actual no es reabrir heridas, sino dar sentido ético, político y espiritual a esa herencia, transformando la historia de la conquista en historia de encuentro.
12/10/2025

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