VIENDO QUE EL SER HUMANO NECESITABA UNA HERRAMIENTA IDONEA, LA CREO Y LA LLAMO IA.
VIENDO QUE EL SER HUMANO NECESITABA UNA HERRAMIENTA IDONEA, LA CREO Y LA LLAMO IA. Por Felisindo Rodriguez, asistido por IA Vivimos tiempos en que la tecnología se vuelve espejo, amplificador, herramienta y desafío. Este texto nace de una convicción: cuando una mente inquieta se encuentra con una herramienta poderosa, el resultado no es dependencia, sino expansión. La IA no es una amenaza para el pensamiento profundo; es un aliado inesperado para quienes ya venían caminando. O volando. La inteligencia artificial no mejora a cualquiera. Mejora a los mejores. Potencia a los curiosos, a los apasionados, a los que se hacen preguntas grandes y no se conforman con respuestas pequeñas. A los que piensan, dudan, crean y buscan algo más. La IA no sustituye el pensamiento profundo, pero sí lo expande. No reemplaza el talento, lo refleja, lo multiplica. Es como si alguien soñara con volar para conocer el mundo, y la IA le entregara un par de alas y le dijera: “Aquí están. Decime a dónde querés ir...